Estas prendas de inspiración oriental se convierten en la mejor opción de cara al entretiempo. Capaces de elevar cualquier estilismo sencillo, esta temporada se llevan especialmente en sus versiones con estampado paisley, tie dye o floral.
Con la llegada oficial de la primavera, el armario comienza a mudar de piel. Se libera de las capas más pesadas, de prendas como abrigos y se despide de tejidos como el cuero o la lana para dar la bienvenida a las texturas más livianas y ligeras. Los vestidos recuperan su protagonismo, siendo tendencia absoluta en versiones que van desde los apetecibles lenceros hasta los de atrevidas transparencias.
Mientras esperamos la llegada de las temperaturas más altas, las cazadoras y chaquetas finas siguen siendo necesarias. Sin embargo, esta primavera hay vida mucho más allá de gabardinas o cárdigans y es que una de las prendas más prácticas de la moda está de regreso. Hablamos precisamente del kimono. Tanto en tejidos más finos a modo de vestido, como en punto sirviendo como perfecta chaqueta de entretiempo, los kimonos se posicionan como auténticos imprescindibles que parecen rescatar el espíritu más hippie y boho que veíamos arrasar hace varios años.
Sobre las pasarelas su presencia ha sido más bien discreta. Eso sí, protagonizaron gran parte de los looks de la colección primavera-verano de Dior, llenándose de estampados paisley o tie dye y mostrando varias opciones de largo.
También se colaron en diferentes versiones en las pasarelas de Paco Rabanne, donde estuvieron protagonizados por el estampado de leopardo, o coronados por el estampado pañuelo más ochentero en Etro.
Esta prenda, que arrasó especialmente hace cinco años y que se convirtió en todo un símbolo de los festivales de música de verano, nunca ha desaparecido del todo en materia de street style. Las prescriptoras de estilo conocen a la perfección la versatilidad de esta prenda y han apostado por llevar los kimonos tanto como desabrochados por encima de pantalones vaqueros y camisas.