La leche materna es el mejor alimento para el bebé durante los primeros meses de vida. Empezar bien desde el principio nos ayudará a que la lactancia sea una experiencia placentera, por lo que te aconsejamos que sigas los siguientes pasos:

10 CONSEJOS PARA UNA LACTANCIA MATERNA EXCLUSIVA | ALMISS ROUSE

Asegúrate de que el bebé te lo han colocado en el pecho durante la primera hora de vida y en el caso de no ser así, no dejes pasar las primeras dos horas para iniciar la lactancia.
Higiene de los pechos (con la ducha diaria) y uso de sostén adecuado. Evita utilizar cremas y lociones, lo mejor es que te limpies con el propio calostro o leche inmediatamente después de dar el pecho. Las glándulas de Montgomery producen la lubricación necesaria y lo protegen.
Observación de la toma: el agarre debe ser con el máximo de aureola del pecho en la boca de tu bebé y con la nariz pegada al pecho, ombligo con ombligo, bien alineado. Si ves que tu hijo/a manifiesta cierta inquietud, revisa la técnica de amamantamiento para corregir errores de posición. Agarrarte el pecho con la mano formando una C te ayudará a encontrar la posición correcta.


Cuando estés en el hospital, pide que te enseñen las mejores posiciones para que tanto tu bebé como tú estéis cómodos durante el proceso. Recuerda que la cabeza del bebé debe apoyarse en la parte media del antebrazo, no en el codo, y la boca debe estar bien abierta para que abarque al máximo la aureola, no solo el pezón. Intenta dirigir el pezón hacia el labio superior, la parte alta de la boca rozando la nariz y acercar en un movimiento rápido el bebé al pecho, no al revés. Los bebés maman apretando la lengua debajo de la aureola. La colocación del bebé en forma correcta en el pecho evitará el dolor y las grietas, entre otros problemas.


La producción de leche se basa en la oferta y la demanda: cuánto más lo coloques en el pecho, mayor será la producción de leche, sin importar tanto el tiempo de succión. Vigila que el bebé no se duerma en el pecho. Lactancia frecuente, a demanda y sin restricciones.El pecho no tiene horario, sólo el bebé sabe cuándo y cuánto tiene que mamar. Olvídate del reloj y atiende las demandas del bebé. Ofrece siempre los dos pechos: deja que vacíe uno para colocarlo en el otro.
No utilices, en la medida de lo posible, chupetes o biberones. En el caso de necesitar suplementos, ofréceselos con jeringa y sigue con el pecho a demanda.


Ten en cuenta que dar de mamar por la noche produce una mayor descarga de prolactina y ello hace que tengas más leche. Te recomendamos que no te saltes este paso.
El calostro que se produce en los primeros 3-5 días, es una substancia concentrada de anticuerpos que lo protege frente a infecciones, además, su vaciamiento hace que la subida de la leche sea menos brusca y menos molesta, siendo también más efectiva.
No hay que esperar a que el bebé llore y es bueno darle de mamar cuando busque. Estos signos el recién nacido los manifiesta cerrando los puños, movimientos con la cabeza hacia delante y atrás con los labios en forma de pez y el más evidente, el llanto.
Vigila los signos de no adaptación a la lactancia: identifica qué está pasando para tratar con éxito las incidencias que interfieren en este proceso.

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